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La toxina botulínica (Botox), es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum. Como en el caso de algunas vacunas la toxina botulínica es una proteína natural procesada. Vía procesos químicos y físicos podemos realmente aislar de forma segura los componentes que son de utilidad para diferentes tipos de tratamientos. Esta técnica es segura y replicable lo que permita el control del producto. Hoy la toxina botulínica es comercializada en las de 130 países en el mundo. Se conocen 8 serotipos diferentes de la toxina y de estas el tipo A se ha probado como la más potente por lo que es la más usada para fines terapéuticos.

La toxina Botulínica actúa como inhibidora específica de la liberación de acetilcolina; en efecto, actúa sobre la terminación nerviosa impidiendo la acción de los iones de calcio, que son necesarios para la liberación de acetilcolina, disminuyendo de esta forma el potencial de placa y causando una parálisis muscular. Ósea mantiene el músculo relajado negando el acceso de sustancias que lo estimulan. La toxina tiene un efecto en el local de la aplicación, mantiene el músculo en un estado de reposo funcional. Lo que es fundamental para tener el resultado deseado sin efectos negativos sobre la placa muscular.

La capacidad que posee la toxina botulínica para producir parálisis muscular por denervación química se aprovecha para usarla como medicamento en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas y como producto cosmético para tratamiento estético de las arrugas faciales. Hoy en día sabemos que existen diferentes usos y diferentes áreas de aplicación para este producto que van desde la migraña, lesiones del plexo braquial en niños a los conocidos usos en estética. Aunque como en todo fármaco existe una lista de contraindicaciones, en sentido general es uno de los productos más seguros del mercado. Su uso en el envejecimiento cutáneo es sin duda el más conocido, pero puede ser utilizado para tratar la sudoración excesiva (hiperhidrosis), para la corrección del sonriso gingival (cuando la encía queda totalmente expuesta al sonreír) y para tratar las bandas platismales (rejuvenecer el cuello). 

El envejecimiento cutáneo en sentido general está caracterizado clínicamente por una pérdida de elasticidad de los tejidos (pérdida para la recuperación de su estado inicia), un cambio en la textura de la piel (engrosamiento o adelgazamiento), y en superficie aparición de anomalías superficiales (pequeñas varices, manchas oscuras). 

A groso modo podemos describir dos tipos de arrugas, Arrugas de expresión o dinámicas son el grupo de arrugas más conocidas y el que más pronto aparece en nuestras caras. Este tipo de arrugas son creadas principalmente por la acción de los músculos faciales durante la gesticulación. En un principio las arrugas de expresión únicamente son visibles cuando estamos realizando el gesto facial correspondiente. Las otras arrugas son conocidas como estáticas, estas  no presentan cambios con el movimiento muscular. Las líneas de expresión tienden a volverse estáticas con los años. Se forman como consecuencia de la pérdida de los tejidos de sostén de la cara. Con los años el hueso del cráneo va perdiendo densidad, se pierde tejido graso y va disminuyendo la elasticidad de la piel por pérdida de colágeno y elastina. Solo en las manos de un médico entrenado se pueden obtener los resultados estéticos tomando en cuenta la fineza de cada anatomía. Pues en manos entrenadas podemos potencializar lo que nos interesa y discretamente atenuar los puntos débiles de la estética facial.

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